
Las APIs se han convertido en uno de los componentes más críticos de las aplicaciones modernas. Aplicaciones web, móviles y servicios en la nube dependen de ellas para intercambiar datos y ejecutar acciones. Sin embargo, esa centralidad también las transforma en un objetivo atractivo para atacantes. El pentesting de APIs busca identificar fallas de seguridad en estos puntos de comunicación antes de que puedan ser explotadas en un entorno real.
A diferencia de las aplicaciones tradicionales, las APIs no siempre tienen una interfaz visible, lo que exige un enfoque distinto: entender cómo funcionan, qué datos manejan y cómo responden ante entradas inesperadas. A continuación se desarrolla una metodología completa, acompañada de ejemplos prácticos.
El primer paso consiste en recopilar información sobre la API. Este proceso, conocido como reconocimiento, permite entender qué endpoints existen, cómo se usan y qué controles de seguridad están implementados.
Un endpoint es simplemente una ruta donde la API escucha solicitudes. Cada endpoint suele cumplir una función específica, como obtener información, crear un recurso o modificar datos existentes.
Si una aplicación utiliza una API para manejar libros, pueden existir endpoints como:
GET /api/books para listar libros
POST /api/books para crear uno nuevo
Detectar estos endpoints permite mapear la superficie de ataque.
Durante el reconocimiento también se analizan los métodos HTTP permitidos. Muchas vulnerabilidades aparecen cuando un endpoint acepta métodos inesperados, como permitir DELETE donde solo debería existir GET.
No alcanza con saber que un endpoint existe; es fundamental entender cómo interactuar correctamente con él. Esto implica identificar qué parámetros espera, cuáles son obligatorios y cuáles opcionales.
Un endpoint como:
/api/books?author=John
indica que acepta un parámetro author. Manipular estos parámetros puede revelar comportamientos inesperados, como errores, filtraciones de información o bypass de validaciones.
También es importante probar distintos métodos HTTP sobre el mismo endpoint. En ocasiones, un endpoint documentado solo para lectura puede permitir modificaciones si se cambia el método.
Las APIs suelen intercambiar información en formatos estructurados, siendo JSON el más común. Sin embargo, algunas también aceptan XML u otros tipos de datos.
El encabezado Content-Type indica al servidor cómo debe interpretar la información enviada. Cambiar este valor puede provocar errores o comportamientos inseguros.
Un endpoint que procesa correctamente JSON puede ser vulnerable cuando recibe XML malformado. En otros casos, modificar el formato puede permitir evadir validaciones de seguridad.
Uno de los puntos más críticos en el pentesting de APIs es la autenticación. Las APIs suelen usar tokens, claves o credenciales para identificar al usuario.
El objetivo es verificar si la API realmente valida quién realiza la solicitud y qué permisos tiene.
Si una API utiliza tokens tipo Bearer, se debe probar qué sucede cuando:
Se omite el token
Se reutiliza un token expirado
Se modifica parcialmente el token
En muchos casos, una mala validación permite acceder a información sensible sin autorización.
Las APIs suelen implementar límites de solicitudes para prevenir abusos. El pentesting evalúa si estos límites existen y si pueden evadirse.
Si una API permite realizar cientos de solicitudes por minuto sin restricciones, podría ser vulnerable a ataques de fuerza bruta o enumeración masiva de datos.
También se prueba si el rate limit se aplica por usuario, por IP o si puede evitarse cambiando encabezados.
Cuando existe documentación de la API, se convierte en una fuente valiosa de información. Allí suelen listarse endpoints, parámetros, métodos y ejemplos de uso.
Sin embargo, la documentación no siempre está actualizada, por lo que es clave contrastarla con el comportamiento real de la API.
La documentación puede indicar que un endpoint solo acepta GET, pero al probar DELETE se descubre que la operación también está habilitada.
En muchos casos, la documentación no está pensada para ser pública, pero sigue siendo accesible. Explorar rutas comunes y analizar el comportamiento de la aplicación puede revelar interfaces completas de la API.
Al probar rutas como /swagger o /api/docs, se puede encontrar una interfaz que enumera todos los endpoints internos, incluyendo aquellos que no deberían ser accesibles externamente.
Esto amplía enormemente la superficie de ataque y facilita la explotación.
Más allá de la documentación, una técnica clave es observar cómo la aplicación utiliza la API. Analizar el tráfico permite descubrir endpoints reales en uso.
Al navegar por un perfil de usuario, se observa una solicitud a:
/api/user/profile
Esto confirma la existencia del endpoint y permite probar qué sucede al modificar parámetros, métodos o encabezados.
Las aplicaciones web modernas dependen fuertemente de JavaScript, y estos archivos suelen contener referencias a endpoints de la API.
Un archivo JavaScript puede incluir llamadas a /api/admin/users, incluso si esa funcionalidad no está visible en la interfaz. Esto permite descubrir endpoints ocultos o en desuso.
Los encabezados HTTP controlan gran parte del comportamiento de las APIs. Modificarlos es una técnica esencial en pentesting.
Algunos encabezados clave incluyen:
Authorization para autenticación
Content-Type para el formato de datos
Origin y Referer para políticas de acceso
X-HTTP-Method-Override para cambiar el método real
Un endpoint que solo permite POST puede aceptar DELETE si se envía el encabezado X-HTTP-Method-Override: DELETE. Esto puede habilitar funciones ocultas o peligrosas.
Muchas aplicaciones mantienen endpoints antiguos o no utilizados que siguen activos. Estos endpoints suelen carecer de controles adecuados.
Durante el análisis, se detecta un endpoint relacionado con precios de productos. Al enviar una solicitud con un cuerpo JSON modificando el valor del precio, la aplicación acepta el cambio sin validaciones adicionales.
Esto demuestra cómo un endpoint olvidado puede permitir modificar datos críticos sin autorización.
El pentesting de APIs no se limita a vulnerabilidades técnicas. También se analizan fallas en la lógica de negocio.
Un endpoint permite actualizar el precio de un producto. Al enviar un valor de 0.00, el sistema acepta el cambio y muestra el producto sin costo. Esto indica una falta de validación de reglas de negocio.
Las herramientas de interceptación permiten modificar solicitudes, probar variantes y observar respuestas en tiempo real. Son fundamentales para analizar el comportamiento de la API ante entradas inesperadas.
Interceptar una solicitud legítima, enviarla a un entorno de repetición y modificar el método HTTP permite probar múltiples escenarios sin afectar la experiencia del usuario.
El pentesting de APIs requiere un enfoque metódico y una comprensión profunda de cómo las aplicaciones modernas intercambian información. Desde el reconocimiento inicial hasta la explotación de endpoints no utilizados, cada etapa aporta información clave sobre la postura de seguridad del sistema.
Los ejemplos prácticos demuestran que muchas vulnerabilidades no se encuentran en ataques complejos, sino en configuraciones incorrectas, validaciones insuficientes y endpoints olvidados. Adoptar una metodología estructurada permite identificar estos problemas de forma temprana y contribuir a la construcción de sistemas más seguros y resilientes.
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