La Evolución de la Caza de Amenazas en Ciberseguridad

La caza de amenazas y la inteligencia de amenazas cibernéticas son prácticas cruciales que ayudan a las organizaciones a protegerse contra ataques y brechas de seguridad. La Detección de intrusos se basa en la premisa de que un adversario ya está dentro del entorno y requiere un enfoque proactivo para detectar y mitigar cualquier daño potencial. En este post, exploraremos en profundidad los conceptos de inteligencia de amenazas y caza de amenazas, destacando sus principios, procesos y la importancia de estas prácticas en el ámbito de la ciberseguridad.

Inteligencia de Amenazas Cibernéticas

La inteligencia de amenazas cibernéticas (CTI) es una disciplina de ciberseguridad que busca ser una medida proactiva para la seguridad de computadoras y redes. Se nutre de la teoría tradicional de la inteligencia y se enfoca en la recolección de datos y el análisis de información para entender mejor las amenazas que enfrenta una organización. El objetivo de un analista de CTI es producir y entregar información relevante, precisa y oportuna que ayude a la organización a protegerse contra posibles amenazas.

Niveles de Inteligencia

  1. Inteligencia Estratégica: Proporciona información a los tomadores de decisiones de alto nivel, ayudándoles a entender las capacidades y motivaciones de las amenazas. Este nivel de inteligencia incluye una evaluación de la probabilidad de ser un objetivo y las posibles consecuencias.
  2. Inteligencia Operacional: Se dirige a aquellos que toman decisiones diarias y necesitan priorizar recursos y definir prioridades. Proporciona información sobre grupos específicos que pueden estar activos y las tácticas y técnicas que utilizan.
  3. Inteligencia Táctica: Es información instantánea que necesitan los analistas para identificar comportamientos adversarios específicos. Incluye direcciones IP, dominios, URL, hashes y otros artefactos técnicos.

El Ciclo de Inteligencia

El proceso de inteligencia tradicionalmente se comprende como un ciclo de seis fases:

  1. Planificación y Focalización: Identificación de los requerimientos de inteligencia y los activos clave de la organización.
  2. Preparación y Recolección: Definición y desarrollo de métodos de recolección de información.
  3. Procesamiento y Explotación: Conversión de datos recolectados en información útil.
  4. Análisis y Producción: Análisis de la información para generar inteligencia.
  5. Diseminación e Integración: Distribución de la inteligencia producida a las partes relevantes.
  6. Evaluación y Retroalimentación: Evaluación de la efectividad de la inteligencia generada y ajustes necesarios.

Requerimientos de Inteligencia

Para generar buena inteligencia, es crucial definir un conjunto de requerimientos claros. Estos deben basarse en las necesidades de la organización y ayudar a priorizar las amenazas más inminentes. La identificación adecuada de estos requerimientos permite al equipo de inteligencia concentrar sus esfuerzos en amenazas específicas y relevantes.

Recolección de Datos y Análisis

La recolección de datos se puede realizar a través de fuentes internas y externas. Una manera efectiva de gestionar este proceso es mediante el uso de un marco de gestión de recolección (CMF), que permite identificar las fuentes de datos y rastrear la información recolectada. Los indicadores de compromiso (IOC) son artefactos forenses que indican que un sistema ha sido comprometido y son esenciales para el análisis y la detección de amenazas.

Caza de Amenazas

La caza de amenazas es una actividad proactiva y humana que busca signos de compromiso dentro del entorno de una organización. No se trata simplemente de instalar herramientas de detección o buscar IOC, sino de un enfoque iterativo que asume que una brecha ya ha ocurrido. La caza de amenazas se centra en reducir el tiempo de permanencia del adversario (dwell time) y minimizar el impacto de la brecha.

Modelo de Madurez de la Caza de Amenazas

El modelo de madurez de la caza de amenazas de David Bianco clasifica la capacidad de detección de una organización en cinco niveles: inicial, mínimo, procedimental, innovador y líder. Este modelo ayuda a determinar el nivel de madurez de una organización y los pasos necesarios para mejorar sus capacidades de caza de amenazas.

Procesos y Técnicas

El proceso de caza de amenazas comienza con la construcción de una hipótesis basada en la inteligencia recopilada. Luego, se lleva a cabo la investigación utilizando técnicas y herramientas disponibles, y se analizan los datos en busca de signos de compromiso. Es fundamental documentar y automatizar estos procesos tanto como sea posible para evitar la repetición de cazas similares.

Habilidades del Cazador de Amenazas

Un buen cazador de amenazas debe tener conocimientos en varios campos, incluyendo la inteligencia de amenazas cibernéticas, la arquitectura de redes, la forensia, y los sistemas operativos utilizados por la organización. Además, debe ser capaz de reconocer patrones inusuales en la actividad de la red y los datos recolectados, y tener habilidades de comunicación efectiva para transmitir sus hallazgos a las partes interesadas.

Pirámide del Dolor

La pirámide del dolor de David Bianco es un modelo utilizado para representar cuánto “dolor” causará al adversario cambiar sus maneras una vez que se han identificado sus indicadores de compromiso, infraestructura y herramientas. En la parte superior de la pirámide están las tácticas, técnicas y procedimientos (TTP), que son los más difíciles de cambiar para el adversario y, por lo tanto, los más valiosos para detectar.

Herramientas y Frameworks

La caza de amenazas se apoya en varios frameworks y herramientas, como el Cyber Kill Chain®, el modelo de diamante y el framework MITRE ATT&CK™. Estos modelos ayudan a estructurar y comprender las actividades de los adversarios, proporcionando una taxonomía común para describir el comportamiento del adversario y mejorar la comunicación entre los investigadores.

Automatización y Documentación

La automatización de los procesos de caza de amenazas es clave para liberar a los analistas de realizar cazas repetitivas. Además, es fundamental documentar adecuadamente las cazas y los hallazgos para asegurar la continuidad del programa y proporcionar evidencia de retorno sobre la inversión a la alta dirección.

Evaluación y Mejora Continua

La evaluación continua de la calidad de los datos recolectados y el ajuste de los procesos basados en la retroalimentación recibida son cruciales para mejorar la efectividad de la caza de amenazas. Establecer mecanismos para recibir retroalimentación de los destinatarios de la inteligencia ayuda a refinar y mejorar los productos de inteligencia generados.

La caza de amenazas y la inteligencia de amenazas cibernéticas son prácticas esenciales para cualquier organización que busque protegerse contra ciberataques. Estas disciplinas requieren un enfoque proactivo y humano, el uso de marcos y herramientas avanzadas, y una evaluación y mejora continua para ser efectivas. La implementación adecuada de estos procesos puede ayudar a las organizaciones a reducir el tiempo de permanencia del adversario y minimizar el impacto de las brechas de seguridad.

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